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A una semana de mi operación, añadió el quarterback del Tec Puebla, cumplía
         años y me cayó de sorpresa mi novia, que también me ayudó mucho en mi
         recuperación. A la segunda semana tuve que partir para continuar con mis
         estudios y acompañar al equipo, ya que el torneo continúo normalmente.

         En esos días  Andrés  se unía al conjunto, con los que considera  como su
         hermandad y desde las alturas apoyaba a su coach haciendo observaciones
         de sus compañeros mariscales de campo; y pese a que prefiere estar en el
         campo, su situación médica se lo impedía.

         Ya instalado en Puebla de inmediato comenzó su fisioterapia a cargo del
         especialista  José Juan Polo Delgado,  quien  siempre  estuvo atento a  su
         recuperación tanto en el gimnasio como en la cancha, lo que le dio mucha
         fuerza para salir adelante e incorporarse al equipo en febrero pasado.

         Al tocar el tema físico y mental, Andrés Puentes fue claro y señaló: “Estoy
         mejor, más fuerte, en un peso ideal, ya que perdí 15 kilos en relación a
         diciembre pasado, gracias a que trabajé al lado de una nutrióloga y a doble
         sesión en el gimnasio”.

         Además, reconoció el quarterback de Borregos Puebla, su físico está mejor



                                                                     que los años anteriores, así como su brazo y precisión, lo que
                                                                     sus mismos coaches y compañeros le comentan cada que tienen
                                                                     tiempo para platicar.

                                                                     Y sobre lo mental, sus palabras fueron sencillas, pero contundentes,
                                                                     “estoy feliz, sobre todo porque me quedan dos años de elegibilidad
                                                                     y estoy por iniciar mi maestría en Ingeniería en Sistemas de Calidad
                                                                     y Productividad; así que más fuerte que nunca”.

                                                                     La  presencia  durante  la  temporada  conduciendo  el  explosivo
                                                                     ataque de  los  poblanos está asegurada  para el joven jugador
                                                                     regiomontano, quien asegura ya tener en su mente esos tristes
                                                                     momentos y dolores, pues está concentrado en sus estudios y su
                                                                     equipo.

                                                                     El futbol americano es  un deporte  donde además de  aprender
                                                                     a jugar con dolor, también se logra una fortaleza mental única,
                                                                     sobre todo cuando crees que ya no habrá otra oportunidad para
                                                                     regresar. Sin embargo, Andrés Puentes es un claro ejemplo de
                                                                     pundonor, disciplina,  trabajo y perseverancia,  cualidades  que
                                                                     hoy lo tienen a unos días de tomar de nuevo el ovoide y conducir
                                                                     la ofensiva de los Borregos Puebla con un solo objetivo, llegar
                                                                     al título y demostrarle a todos que en la vida siempre hay una
                                                                     segunda oportunidad si sabe buscarla e ir por ella.


                                                                     Por último, el joven jugador agradeció a sus familia, su novia, su
                                                                     gran terapista y a él mismo, ya que fue la unión de todos lo que
                                                                     le permitió ponerse el casco y las hombreras un año más, en el
                                                                     deporte que tanto ama desde pequeño, el futbol americano.


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