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lo relacionan con su nieto Ray, quien desde
pequeño soñaba con construir o armar lo que
tuviera enfrente de él.

“Quizá esto de la construcción lo heredé de mi
abuelo. Ahora ya en la facultad sin pensarlo
me acerqué al Instituto de Ingeniería Civil
para incorporarme al laboratorio y comenzar a
estudiar a fondo todo lo relacionado al cemento
y la verdad me apasiona mucho”, expresa el
joven Ray Rivera Cortez.

Los triunfos del coach Raymundo “Chico“ Rivera
fueron en dos áreas diferentes: al principio, en
el futbol americano, para después abandonar
un poco el deporte y dedicar su vida a la
investigación sobre el concreto, por lo que Ray
considera que lleva ese gen en su sangre y
prueba de ello son los triunfos conseguidos en
los certámenes que organiza el ACI.

Mi primer logro, por así decirlo, explica
Ray Rivera, fue cuando estaba en cuarto
semestre y junto a dos amigos, uno de ellos de nuevo y esperamos traernos el primer sitio. platicar con los coaches de Auténticos Tigres para
peruano, participamos en el concurso del ACI y entender mejor la grandeza de su abuelo.
construimos una esfera con refuerzos de fibra. Al retomar la plática del futbol americano y la
Con él competimos en Saltillo y logramos ganar historia que forjó su abuelo en la UANL, el joven “Hoy comprendo lo que consiguió mi abuelo.
el primer lugar. Después fuimos mejorando el Ray se concreta a decir que nunca ha estado en Incluso hace unos años me dio un libro uno de sus
proyecto y mantenemos ese lugar de honor, por las gradas o el campo del estadio “Chico” Rivera, alumnos, el Ingeniero Leopoldo Espinoza; y les
lo que en marzo iremos a Canadá para competir aunque no descarta algún día visitarlo y de paso puedo decir que no he pasado de las primeras 10
a 11 páginas, ya que me hacen llorar, es cuando
entiendo la importancia del él para la UANL y el
deporte”, añade José Raymundo Rivera.

La carrera profesional avanza para el joven Ray
y está próximo a terminar sus estudios, pero
reconoce que desea saber mucho más sobre el
concreto, campo al cual su abuelo le dedicó la
última etapa de su vida y donde también fue
distinguido en repetidas ocasiones.

Mi compromiso con él es ser siempre mejor y no
fallarle nunca, porque desde que pisé el Instituto
de Ingeniería Civil estaba convencido que era
un reto complicado, pero he sabido librarlo.
Así cierra su plática Raymundo Rivera Cortez, el
nieto que de seguro tanto soñó su abuelo Chico
Rivera, un joven enfocado a la investigación del
concreto, pero sin olvidar que todo se puede
lograr con dedicación y disciplina.

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