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“Ella estudió en FACPyA y yo en FIME, pero siempre nos hemos apoyado en
todo. Esto creo que ha sido la base para que tengamos una bonita familia
y excelente relación”, destacó Juan Antonio Zamora.

Sus hijos no están apartados del deporte, sino por el contrario, Regina
practica la natación e incluso ya acudió a competencias fuera del estado,
mientras que Marcelo debutó este año como jugador de americano en el
club Potros de la Anáhuac, usando el número 4 en su jersey, al igual que
lo hizo su padre.

“A ellos les transmitimos ese gusto por el deporte, pero que lo hagan con
compromiso y disciplina. Regina en la natación siempre pone su máximo
esfuerzo, mientras que Marcelo ahí va en el americano, aunque ya vendrá
el momento en que decida si se queda en él o busca alguna otra disciplina”,
explicó el coach Zamora.

Hoy los cuatro forman una familia, en donde los días de futbol americano
son caóticos, como lo define Andrea. “Por la mañana es llevar a los niños
a la escuela y yo al trabajo. Ya por la tarde comer y prepararnos para salir
a tiempo al estadio y andar por ahí entre 4 y 5 de la tarde, pero siempre
con mucho entusiasmo, pues ellos (hijos) y yo apoyamos con todo a mi
esposo”, destacó.
Como en todo actividad, siempre hay momentos alegres, pero también
tristes, la familia Zamora-Medina no es la excepción. A juicio del coach
Zamora y sus dos hijos, lo que nunca olvidará será el campeonato del 2018
ante los Burros Blancos, ese título los dejó marcados para siempre por la
forma en como se dio el partido.

“Sí, ese campeonato para mi ha sido el mejor de mi vida deportiva. Pero
también hay malos, como el que acabamos de pasar en el 2018, donde
no logramos la clasificación. Creo que este torneo es el peor por el que he
pasado, pero hay que seguir trabajando duro para salir adelante”, comentó
Juan Antonio Zamora.

Sus dos hijos sólo levantan la mirada y piden a su padre que siga entrenando
duro, con mucha energía y siempre al máximo, pues lo quieren ver triunfar
y levantar con alegría el trofeo de campeones como lo hizo en el 2018.

Así pasan los días en la familia Zamora-Medina, entre escuela, deporte,
estudios y viviendo todo siempre unidos, apoyando los unos a los otros,
cada quien en su responsabilidad, pero sin dejar a un lado la pasión por el
deporte, que hoy les permite formar una familia ejemplar.

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