Page 23 - RED ZONE JULIO 2020
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“De nueva cuenta por el trabajo no pude llegar a tiempo a la temporada ,
pues estuve con el equipo hasta octubre y por ello fui de segundo equipo.
Pero al darse la campaña de primavera y tras el buen trabajo con mi nuevo
coach, Joe Green, fue que pasé a ser el titular a la ofensiva “, destacó Arturo
Mata.
Pero ese año se repetía la historia y Arturo tenía que viajar a Ohio, pero
ahora la suerte y el apoyo de su hermano Secundino, quien le pagó el
boleto de avión para que regresara a tiempo, le permitieron estar en el
primer día de prácticas donde comenzó de segundo, sin embargo tras una
serie lo subieron a titular, sitio que ya no dejó escapar de sus manos.
Aún y cuando los resultados no fueron del todo positivos para el conjunto
de San Benito, donde militaba Mata García, fue en 1972 donde terminaron
con marca de 4-6, pero le ganaron a Laredo High School por 10-3, cuando
Arturo tuvo una mención honorífica por su labor como quarterback .
“Para mi siempre fue un doble honor el jugar para los Borregos Salvajes y
desde novato ser capitán del equipo. Primero, porque ahora representaba a
todo el sistema del ITESM; y segundo, al también ser quien hablaba por mi
pueblo, San Benito, Texas”, destacó el ex quarterback del Tec.
¿Por qué jugar en Monterrey, lejos de tu tierra?.
La respuesta de Arturo Mata fue sencilla, pues el haberse arriesgado
a traerlo era ya algo que lo obligaba; pero además venía a una de las
instituciones más importantes de América y donde por cuatro años pudo
estudiar y a la vez jugar el deporte que tanto ama, el futbol americano.
“En la campaña Senior el conjunto consiguió una marca de 8-2, misma
que pasaron 20 años para poderla superar. Y ahí me seleccionaron para el
segundo equipo del Distrito. Creo que por eso el coach Julio Ayala, quien me
vio, vino a hablar con mis padres para invitarme a jugar con los Borregos
Salvajes en abril de 1974”, explicó Arturo Mata.
Acompañado de sus padres y tras conocer el programa de futbol americano
del Tec de Monterrey, así como todo lo que se le pedía para ser miembro de
los Borregos Salvajes, Arturo Mata firmaba su compromiso al lado de Don
José, su padre, y Doña Arminda, su madre.
De inmediato Arturo mostró sus cualidades con los Borregos Salvajes, ya
que ese mismo año consiguieron el título nacional del futbol americano
estudiantil de la mano del coach Julio Ayala, para repetirlo en el 77. Pero
para el mariscal de campo de San Benito, Texas, lo más importante fue que
en sus cuatro años con el conjunto siempre fue capitán del equipo.
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