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Cómo influye la psicología en la luye la psicología en la
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alimentación del deportistaportista
alimentación del de
Daniela Loyo Reyes, estudiante de nutrición de UNITEC campus Marina
Percepción de la Imagen Corporal
La percepción de la imagen corporal es otro factor
psicológico crucial en la nutrición del deportista.
Los atletas, especialmente aquellos en deportes
donde la apariencia física es altamente valorada,
como el ballet, futbol americano o el culturismo,
pueden desarrollar una relación disfuncional con
la comida. La presión para mantener un cuerpo
apuesto y muscular puede conducir a desórdenes
alimenticios como la anorexia, la bulimia o la
vigorexia. Estas condiciones no solo ponen en
riesgo la salud física del atleta, sino que también
afectan su rendimiento debido a la desnutrición
y el desequilibrio energético.
Influencia del Entorno Social y
Cultural
La nutrición es fundamental en el rendimiento desordenados como el consumo compulsivo de El entorno social y cultural en el que se
deportivo, y no solo implica la elección de alimentos o la restricción extrema de calorías, lo desenvuelve el deportista también juega
alimentos adecuados sino también el manejo cual puede afectar negativamente el rendimiento un papel fundamental en sus hábitos
de aspectos psicológicos que pueden influir deportivo y la salud general del atleta. alimenticios. Las expectativas y normativas del
significativamente en los hábitos alimenticios de
los atletas. Los factores psicológicos que afectan
la nutrición de los deportistas son diversos
y abarcan desde el estrés y la presión por el
rendimiento, hasta la percepción de la imagen
corporal y la influencia del entorno social.
Estrés y Ansiedad
El estrés y la ansiedad son emociones comunes
entre los deportistas debido a la constante
presión para rendir al máximo nivel. Estas
emociones pueden tener un impacto directo en
los hábitos alimenticios. El estrés crónico puede
alterar los patrones de alimentación, llevando
a algunos atletas a comer en exceso, mientras
que otros pueden perder el apetito. El cortisol,
una hormona liberada en respuesta al estrés,
puede influir en el almacenamiento de grasa y
en la sensación de hambre. Además, la ansiedad
puede llevar a comportamientos alimentarios
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